Terror, sudor, pánico, taquicardia....quizá hasta algunos desmayos. Miedo intenso y exagerado ante situaciones u objetos, odio o rechazo. No se escatima la intensidad de la sensación si ante nosotros se presenta un objeto que significa el fin del mundo: Una fobia. Lidiar con esta pesadilla durante más de 8 horas diarias sin aliados....en ese lugar donde justificamos el sueldo y supuestamente somos productivos, el trabajo.
Hay de todos los tipos, a la comida, algún energúmeno en especial convertido en un ser "humano" a reglas, a situaciones, y a labores del rubro en el que nos encontremos. Antropofobia a jefes despiadados, falta de café, baños que parecen silos abandonados, post it, falta de aire acondicionado, la rutina, las facturas anuladas de pago de proveedores o zoofobia a la mascota del Huachiman, acustofobia a gallos "musicales" de compañeros laborales.... no piedad! si todo sigue así la gente joven va a terminar con un marca pasos antes de los 30!!! Socorro, y luego se preguntan porque cada día hay más inscritos en los hospitales psiquiátricos.
No es un simple caso de ergofobia que merma nuestra vida profesional, o un simple caso de vagancia, las fobias en el trabajo van más allá de este tema. Según los estimados de la Organización Mind, más de 10 millones de personas en el Reino Unidos sufren de fobias y, para algunos de ellos, esto significa enfrentarse a sus miedos todos los días en la oficina. No todas las fobias son tan específicas como se piensa. Para algunos puede parecer tonto tener fobia a una simple ardilla amigable que deambula por las áreas verdes de una conocida universidad limeña mientras que para otros su presencia diminuta puede generar tal ataque de nervios que terminen en emergencias con una dosis de diazepan de 100 mg directo a la vena.
Según la Sociedad Americana de psiquiatría la mayoría de las fobias se inician en la infancia y más del 75% la padecen mujeres (¿será el estrógeno?... ¿tan cagado es tener ovarios?) y se corrigen “exitosamente” con psicoterapia de cognositiva, de desensiblización, sistemática y de exposición[1]. Entonces si queremos superar el miedo a Ricardo Arjona a todo volumen cantando por enésima vez que por nosotras “lo que nos pidan podemos, si no podemos no existe y si no existe lo inventamos por ustedes…” (AGGG) tenemos que gastar cientos de soles durante algunos años con un loquero por la aberración al mal gusto. Siguiendo la línea de este “cantautor” les cuento una anécdota que se inicia desde mi infancia, para explicar mi fobia. Mi hermana es adicta a este pata, lo ama con pasión desmedida, es más ama toda y cada una de sus canciones, le encantan estos tipos, mientras menos talentoso mejor. Desde pequeña fue así, primero tenia un póster de Pablito Ruiz pegado a su cocina de juguete, entonces cuando jugábamos a la cocinita, tenia que enfrentarme a su imagen de niño gay con mucha valentía (¿será por eso que tampoco puedo cocinar?), años de sufrimiento y pesadez aumentaron cuando se enamoró de Enrique Iglesias y pegaba otro póster más grande en el armario en el mismo cuarto que dormíamos, se compro el maldito CD, y creía que era toda una experiencia religiosa amar ese lunar que tenia pegado en la cara que parecía una mosca. Pero lo peor vino con Arjona. El día que lo descubrió sufrí un ataque de pánico, y una crisis de amor hacia ella, no podía creer que mi hermanita adorada tuviera tan mal gusto. Lo peor sucedía cuando el susodicho venía a Lima a cantar, ponía sus discos a todo volumen, mi rabia y odio crecían en proporción geométrica a los álbumes que sacaba a la venta. Años después empecé la universidad y a trabajar, pensé que me había librado de tal tormento, pero ah que ilusa…creo que fue un martes, llegue a la oficina feliz y contenta en mi primer día de trabajo, el trabajo soñado porque era comercio. Me senté en mi escritorio feliz y contenta, esperando aprender todo lo que podía, cuando uno es joven, no cree que haya maldad en el mundo, pero no es así. No voy a decir el nombre de quien sacó el CD de su cajón para proteger su identidad y no arruinar su vida social. Solo se que cuando empecé a escuchar su música tuve que salir de la oficina sudando desesperada a fumarme un cigarrillo en el parque de la esquina, no podía creer mi mala suerte, y encima desde la ventana escuchaba los gallos a todo pulmón de 4 chicas más cantando no se que mierda que el norte, el sur, ese hombre tiene más problemas de ubicación que yo, pensé. Acto seguido me uní a una compañera de trabajo para hacer una huelga anti-Arjona, y funcionó, hicimos que los parlantes se suicidaran porque tampoco soportaban esos gangos horrendos y escondimos todos los discos del ente, , y gracias a nuestro movimiento logramos que se aprobara una ley que prohibiera a Arjona. Sin embargo, poco antes de abandonar ese recinto volvieron a poner sus canciones (¿celebrando mi renuncia?), y bueno tuve que irme de ese lugar, finalmente supe que no estaba sola, en Gogle la búsqueda de “odio a Arjona” arroja más de 252,000 resultados en menos de un segundo, respiré de felicidad porque se que aún hay gente con sentido común en este mundo.
Pero, ah no, esta no es la única fobia a enfrentar en el trabajo. Están los animales. Sobre todo las ardillas, esos roedores horrendos que me acosaban durante mi ya de por sí aburrido trabajo en la PUCP[2], Chip y Dale torturaban a Pluto de tal manera que los amigos de Bambi me torturaba a mí. Chip y Dale tuvieron su propia serie a partir de 1989, en esta se agrupaban con dos ratones y una mosca. (¡Con esas juntas como no tenerles pavor!) , estas ardillas son una plaga, sobre todo en México…y en la PUCP. En Lanzarote, por ejemplo se ha puesto en emergencia la ciudad por una posible plaga de ardillas debido a que “que puede causar graves daños a las especies de la flora, fauna e invertebrados autóctonas canarias, así como a la agricultura de la Isla , pues tiene una gran facilidad reproductora, siendo considerada como una plaga…a pesar de su aspecto simpático, hay que tener en cuenta que es un roedor que constituye una peligrosa fuente de plagas y enfermedades transmisibles a animales y humanos…se debe evitar contacto físico con ellas en especial con niños".[3] Yo he decidido seguir la orden de El consejero de Medio Ambiente Mexicano Carlos Espino, nada que piden caramelos a la hora del almuerzo, que parecen peluches, que asco, son ratas con cola, que tienen en el hocico miles de enfermedades, además parecen como personas disfrazadas, dispuestas a robarse los dulces que traigo en la cartera, así que cada vez que veo una ardilla aparte de darme miedo me recuerdan esos días de infinito aburrimiento, y claro las risas de mis compañeros de trabajo de esas épocas al no entender porque se me cerraba el pecho cuando venia tamaña amenaza. Además si mal no recuerdo, un chico de mi salón de Kinder hablaba como Chip y Dale, luego terminamos en tal bronca que rompimos una ventana con ladrillos de madera para armar y me expulsaron de ahí por vándala con un sello de pulpo molesto en la mano y un jalón de pelos de parte de la profesora por mi mala conducta, no así no se puede trabajar, malas ardillas, feas, yo no soy Pluto.
En fin podría hacer infinitas las fobias en el trabajo con las que me ido enfrentado, desde soportar las canciones religiosas de mi jefe evangélico a las 8 de la noche que solo agraviaban mis crisis religiosas, el taller de hábitos “para ser una persona altamente eficiente” durante tres meses en la hora de almuerzo que solo me recuerda lo poco eficiente que soy al intentar ordenar mi cuarto, encontrar cajas toráxicas de pollo atracadas en el water cuando más ganas de usar el baño tengo, falta de papel en el baño el día que cortaron el agua porque SEDAPAL hacía reparaciones sanitarias para ahorrar el agua purificada del Río Rímac, hacer informes financieros de proyectos que nunca entendí…es una caja de Pandora que nadie quiere abrir.
Pero tranquilos en esta vida todo tiene solución, solo necesitan gastarse todos los ahorros de su vida con su amigo el psicólogo para enfrentar todos los miedos posibles y quizá algunos ansiolíticos recetados por el psiquiatra y mucho valor para enfrentar a esos monstruos que hacen un infierno nuestro segundo hogar, el trabajo.
[1] Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, 4° Edition Revised (DSM-IV TR). American Psychiatric Association. American Psychiatric Press, 2000
[2] Pontificia Universidad Católica del Perú
[3] Fuente: www.lavozdelanzarote.com/spip.php?article9153
Hay de todos los tipos, a la comida, algún energúmeno en especial convertido en un ser "humano" a reglas, a situaciones, y a labores del rubro en el que nos encontremos. Antropofobia a jefes despiadados, falta de café, baños que parecen silos abandonados, post it, falta de aire acondicionado, la rutina, las facturas anuladas de pago de proveedores o zoofobia a la mascota del Huachiman, acustofobia a gallos "musicales" de compañeros laborales.... no piedad! si todo sigue así la gente joven va a terminar con un marca pasos antes de los 30!!! Socorro, y luego se preguntan porque cada día hay más inscritos en los hospitales psiquiátricos.
No es un simple caso de ergofobia que merma nuestra vida profesional, o un simple caso de vagancia, las fobias en el trabajo van más allá de este tema. Según los estimados de la Organización Mind, más de 10 millones de personas en el Reino Unidos sufren de fobias y, para algunos de ellos, esto significa enfrentarse a sus miedos todos los días en la oficina. No todas las fobias son tan específicas como se piensa. Para algunos puede parecer tonto tener fobia a una simple ardilla amigable que deambula por las áreas verdes de una conocida universidad limeña mientras que para otros su presencia diminuta puede generar tal ataque de nervios que terminen en emergencias con una dosis de diazepan de 100 mg directo a la vena.
Según la Sociedad Americana de psiquiatría la mayoría de las fobias se inician en la infancia y más del 75% la padecen mujeres (¿será el estrógeno?... ¿tan cagado es tener ovarios?) y se corrigen “exitosamente” con psicoterapia de cognositiva, de desensiblización, sistemática y de exposición[1]. Entonces si queremos superar el miedo a Ricardo Arjona a todo volumen cantando por enésima vez que por nosotras “lo que nos pidan podemos, si no podemos no existe y si no existe lo inventamos por ustedes…” (AGGG) tenemos que gastar cientos de soles durante algunos años con un loquero por la aberración al mal gusto. Siguiendo la línea de este “cantautor” les cuento una anécdota que se inicia desde mi infancia, para explicar mi fobia. Mi hermana es adicta a este pata, lo ama con pasión desmedida, es más ama toda y cada una de sus canciones, le encantan estos tipos, mientras menos talentoso mejor. Desde pequeña fue así, primero tenia un póster de Pablito Ruiz pegado a su cocina de juguete, entonces cuando jugábamos a la cocinita, tenia que enfrentarme a su imagen de niño gay con mucha valentía (¿será por eso que tampoco puedo cocinar?), años de sufrimiento y pesadez aumentaron cuando se enamoró de Enrique Iglesias y pegaba otro póster más grande en el armario en el mismo cuarto que dormíamos, se compro el maldito CD, y creía que era toda una experiencia religiosa amar ese lunar que tenia pegado en la cara que parecía una mosca. Pero lo peor vino con Arjona. El día que lo descubrió sufrí un ataque de pánico, y una crisis de amor hacia ella, no podía creer que mi hermanita adorada tuviera tan mal gusto. Lo peor sucedía cuando el susodicho venía a Lima a cantar, ponía sus discos a todo volumen, mi rabia y odio crecían en proporción geométrica a los álbumes que sacaba a la venta. Años después empecé la universidad y a trabajar, pensé que me había librado de tal tormento, pero ah que ilusa…creo que fue un martes, llegue a la oficina feliz y contenta en mi primer día de trabajo, el trabajo soñado porque era comercio. Me senté en mi escritorio feliz y contenta, esperando aprender todo lo que podía, cuando uno es joven, no cree que haya maldad en el mundo, pero no es así. No voy a decir el nombre de quien sacó el CD de su cajón para proteger su identidad y no arruinar su vida social. Solo se que cuando empecé a escuchar su música tuve que salir de la oficina sudando desesperada a fumarme un cigarrillo en el parque de la esquina, no podía creer mi mala suerte, y encima desde la ventana escuchaba los gallos a todo pulmón de 4 chicas más cantando no se que mierda que el norte, el sur, ese hombre tiene más problemas de ubicación que yo, pensé. Acto seguido me uní a una compañera de trabajo para hacer una huelga anti-Arjona, y funcionó, hicimos que los parlantes se suicidaran porque tampoco soportaban esos gangos horrendos y escondimos todos los discos del ente, , y gracias a nuestro movimiento logramos que se aprobara una ley que prohibiera a Arjona. Sin embargo, poco antes de abandonar ese recinto volvieron a poner sus canciones (¿celebrando mi renuncia?), y bueno tuve que irme de ese lugar, finalmente supe que no estaba sola, en Gogle la búsqueda de “odio a Arjona” arroja más de 252,000 resultados en menos de un segundo, respiré de felicidad porque se que aún hay gente con sentido común en este mundo.
Pero, ah no, esta no es la única fobia a enfrentar en el trabajo. Están los animales. Sobre todo las ardillas, esos roedores horrendos que me acosaban durante mi ya de por sí aburrido trabajo en la PUCP[2], Chip y Dale torturaban a Pluto de tal manera que los amigos de Bambi me torturaba a mí. Chip y Dale tuvieron su propia serie a partir de 1989, en esta se agrupaban con dos ratones y una mosca. (¡Con esas juntas como no tenerles pavor!) , estas ardillas son una plaga, sobre todo en México…y en la PUCP. En Lanzarote, por ejemplo se ha puesto en emergencia la ciudad por una posible plaga de ardillas debido a que “que puede causar graves daños a las especies de la flora, fauna e invertebrados autóctonas canarias, así como a la agricultura de la Isla , pues tiene una gran facilidad reproductora, siendo considerada como una plaga…a pesar de su aspecto simpático, hay que tener en cuenta que es un roedor que constituye una peligrosa fuente de plagas y enfermedades transmisibles a animales y humanos…se debe evitar contacto físico con ellas en especial con niños".[3] Yo he decidido seguir la orden de El consejero de Medio Ambiente Mexicano Carlos Espino, nada que piden caramelos a la hora del almuerzo, que parecen peluches, que asco, son ratas con cola, que tienen en el hocico miles de enfermedades, además parecen como personas disfrazadas, dispuestas a robarse los dulces que traigo en la cartera, así que cada vez que veo una ardilla aparte de darme miedo me recuerdan esos días de infinito aburrimiento, y claro las risas de mis compañeros de trabajo de esas épocas al no entender porque se me cerraba el pecho cuando venia tamaña amenaza. Además si mal no recuerdo, un chico de mi salón de Kinder hablaba como Chip y Dale, luego terminamos en tal bronca que rompimos una ventana con ladrillos de madera para armar y me expulsaron de ahí por vándala con un sello de pulpo molesto en la mano y un jalón de pelos de parte de la profesora por mi mala conducta, no así no se puede trabajar, malas ardillas, feas, yo no soy Pluto.
En fin podría hacer infinitas las fobias en el trabajo con las que me ido enfrentado, desde soportar las canciones religiosas de mi jefe evangélico a las 8 de la noche que solo agraviaban mis crisis religiosas, el taller de hábitos “para ser una persona altamente eficiente” durante tres meses en la hora de almuerzo que solo me recuerda lo poco eficiente que soy al intentar ordenar mi cuarto, encontrar cajas toráxicas de pollo atracadas en el water cuando más ganas de usar el baño tengo, falta de papel en el baño el día que cortaron el agua porque SEDAPAL hacía reparaciones sanitarias para ahorrar el agua purificada del Río Rímac, hacer informes financieros de proyectos que nunca entendí…es una caja de Pandora que nadie quiere abrir.
Pero tranquilos en esta vida todo tiene solución, solo necesitan gastarse todos los ahorros de su vida con su amigo el psicólogo para enfrentar todos los miedos posibles y quizá algunos ansiolíticos recetados por el psiquiatra y mucho valor para enfrentar a esos monstruos que hacen un infierno nuestro segundo hogar, el trabajo.
[1] Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, 4° Edition Revised (DSM-IV TR). American Psychiatric Association. American Psychiatric Press, 2000
[2] Pontificia Universidad Católica del Perú
[3] Fuente: www.lavozdelanzarote.com/spip.php?article9153
3 comentarios:
Bueno, dicen que en el camino de la vida aparecen este tipo de "pruebas" a lo que el vulgo llama ironía, convivir la mayor parte del tiempo de tu vida con lo que más te incomoda, te aterra y te molesta es una total ironía del "destino" o de la bendita ley de Murphy. Uno que pretende que en su centro laboral pueda escapar de lo que más detestas y no poder hacerlo...no hay peor castigo (en mi caso no podía escapar de la banalidad) e incluso hace que contemples salidas misántropas y non-sanctas para que tu calidad de vida y salud mental no se vea mellada.
Luego de fumar un poco con tu post déjame contarte una experiencia que tuve cuando era un efebo y fui a trabajar a EE.UU.: Dígase que en mis años mozos seguí la onda pop de ir a trabjar a EE.UU. y por cosas del azar terminé trabajando en un almacén. El problema era que había una chica que trabajaba ahi y le gustaba llevar a su pequeño perro y dejarlo pasear por el inner sanctum del centro laboral(no se de que raza era, lo único que se es que mi fobia a estos animales es más fuerte que mi racionalidad). Así como Mastropiero no pude resistirlo y fui a hablar con ella el 2do día. Lo divertido fue que ella se deshizo en disculpas y que de verdad se sentía apenada y que no sabía que me daban miedo los perros y de ahí nunca más volvía a ver al animal. Que diferente la reacción ¿no? Acá en el Perú hubieran traído al perro y hubieran estado azusando mi fobia hasta límites insospechables.
Las fobias en el trabajo se podrían tal vez evitar si es que hubiera respeto al espacio vital individual de cada uno en un centro de convivencia común...tal vez un sueño utópico.
Creo que esta vez volé demasiado...jajaja
Tal vez un sueño, pero en definitiva (y gracias a Dios, las estrellas y las buenas prácticas laborales que se van implementando poco a poco en el Perú) existen cada vez menos cosas que molestan... pero mientras sigan existiendo... paciencia, buen tezón y un buen presupuesto para deshacerse de la respectiva fobia!
Buen post toca!!
Besos,
KT
I couldn't finish reading the whole article, but I know that is a common disease nationwide, being acute in far locations and mostly with small enterprises. The cultural shock of working far from home without the recently rediscovered and precious resources that defines a big city neighbor, alcohol is available almost everywhere, fast food too, but good music, cable TV or Internet NO!
Later by other notes I've been checking, office bullying is one of the main factors that terminate labor contracts. One of the reasons I quited too.
I would like to add that there is work been done to correct these irregularities: which only carry unhappiness and lowers productivity:
Check in Great Place to Work Institute
many national companies are working to improve their productivity and working environment, sadly only the ones that are located in Lima and are big enough to have enough, brain? may be, to consider the workers emotional health in their strategic plans.
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