miércoles, septiembre 08, 2010

Expectativas en dilema

Una de mis grandes obsesiones y que se reforzó con mi carrera fue el papel de las expectativas en nuestras vidas. Ya he hablado de ese tema, ahora voy por el otro lado. La idea de generar expectativas en otros. Pero ¿cuánto pueden afectar estas a tu entorno?

Una de las leyes de competencia perfecta que las empresas y los consumidores tenga información completa y gratuita. La transparencia del mercado requiere que todos los participantes tengan pleno conocimiento de las condiciones generales en que opera el mercado. Los compradores aceptan los precios como exógenos y toman sus decisiones comparando precios, porque todos los consumidores dispondrían de la misma información sobre los precios y las cantidades ofertadas de los bienes.

El problema es cuando esta información no es clara, viene sobredimensionada y es fallada. Cuando por el canal del afán o del excelso manejo del floro se genera información imperfecta o exagerada y producen (quizá de forma subconsciente) expectativas en su entorno y dan una idea errónea de “su producto”. Ahora habría que ver si la culpa es del autor del chamuyo digno de algún poema del Vallejo o de el incauto receptor y la proporción de esta. Un claro problema de comunicación ha sido detectado: esta no se completa porque el canal no ha cumplido su objetivo, el mercado ha sido dañado y el mensaje real no se ha transmitido.

Ahora cuando encuentras un mercado imperfecto, puedes tener las siguientes opciones: Ser víctima de un monopolio basado en la mala información, o, en el caso más sano, migrar a otro mercado, buscar otro producto y obtener mayor información para aprender de los errores y aplicar expectativas racionales. Ahora el problema puede generarse en la obtención de esta información (Encuestas personalizadas). Si usas mi estilo, probablemente vayas directo al grano y preguntes en seco (sin lubricante). Esto puede generar rechazo y que el producto te tenga alergia, pero insisto queremos un mercado perfecto. Si este mercado no puede satisfacer las barreras que como consumidor le ponemos, caballero no más, encontrará otro cliente sustituto y nos dejará como empezamos. Es decir sin producto, lo que nos obligaría a migrar a otro mercado o a quedarnos sin mercado por el cansancio.

Y todo esto guiado por descifrar a las expectativas. Y es que en este tipo de mercado en los que el chamuyo es el rey, es necesario ser lo más racional posible. Lamento no incluir el flow, pero en el primer mapeo, es simplemente una variable incluida en nuestro “ceteris paribus”. No sé si seamos las de la intuición, pero yo prefiero ser la de la razón.



C.

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