El verano llegó, llegó...ohhh y de aquí no me muevo yo. Hoy vi a mis amigos, bronceados, bronceados que bien. Y yo, aquí en la chamba, quemando mientras confundo nombres, que bien.
El verano llega, llega en un mes y bueno comienzan los preparativos. Comenzando por la famosa dieta. Cada año se inventan más dietas, son como los anticonceptivos novedosos. Esos que se inventan en las leyendas de chamanes o las noches llenas de alcohol y de recuerdos indeseables. Esas que si te paras de cabeza luego de, se te bajarán los espermatozoides hasta la garganta y los escupirás cuando te laves los dientes, esas que dicen que si tomas limón te proteges del sida, y que si el susodicho es más feo que el hambre, un rezo a San Venus es suficiente para que olvides los efectos que dejó al pasar por tu cuerpo. La misma dinámica tiene la dieta. Haces todo tipo de dietas: la de 10 kilos en dos semanas (básica), la antidieta, la dieta balanceada, la del gimnasio, la del lagarto, la del yeso, la del aceite de avión y la que te dio tu mamá, o la hermana de la prima de la tía de la vecina de la vuelta de la esquina de la casa de tu peluquera. Así no se vale. Esas dietas funcionan pero....pasó el año nuevo y me dedico a morir de hambre para diske verme regia toda la semana. No importa sino como en meses. Si me emborracho todos los días con litros de alcohol y como dos pedazos de lechuga cuando el sol me alumbra a pesar de que mi piel se pone ploma. El fin justifica los medios. Si vomito hasta sangre, a la mierda. No importa, vale por el momento. Sólo por el momento. Viene el otoño y a la mierda todo de nuevo, como porque tengo frío. Y así viene la dinámica todos los años....
Pues no es así. Para el disfrute, necesitamos algo sostenible a largo plazo y que requiera tiempo y dedicación. Algo así como el cuidado del medio ambiente. Los beneficios reales se ven realmente en un tiempo, cuando bajan los niveles de contaminación del río y de grasa en tu cuerpo. Además a largo plazo en teoría te acostumbras a lo sano y a tu dosis de ejercicio semanal. Como en una relación cuando vas descubriendo al otro y construyes la torre de amor a través del tiempo y no tienes pequeños montículos de arena producto de breves encuentros fortuitos con entes que no vale la pena mencionar.
La dieta "buena" puede privarte de pequeños gustos, pero genera grandes beneficios. Tampoco queremos ansiedad, ojo, porque después el estrés nos genera otros problemas mentales, como en una relación si te privas de ti, no vale. Revisa bien tu tabla de calorías y has un cronograma que te evite las estrías y algún desbalance hormonal por la pérdida de masa masiva en un periodo corto de tiempo. También le decimos no a las pastillas. Suficientes drogas nos metemos ya para cagar la tiroides y el ritmo cardíaco. Además no comer dulce, no es realmente vivir. Por algo cuando te ves bien y te quieren comer, te dicen "eres un postre" ¿o no?
C.
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