La mayoría de los pintores te dicen que un cuadro no se termina, se abandona. No sé si es que se alcanza tal nivel de perfección que simplemente, lo dejas ir, el límite. Además si no lo abandonaras lo podrías terminar arruinando (algo así como la metáfora de dejar ir al hijo, si lo sigo sobre protegiendo estará condenado a tener una vida no plena). Cuando pinto, pinto de corrido, sin patrones, sin leyendas, si saber que saldrá, como si cada uno fuera primerizo. Las clases de colores y trazos, y formas, claro que ayudan, pero igual, cuando comienzas es volver a 0. Y una vez, que llegas a 100, te vas y lo abandonas, lo dejas por ahí, lo regalas, lo vendes, lo sufres, o simplemente se queda contigo en un rincón del closet del cuarto que sueles llamar dormitorio.
Ocurre lo mismo con un texto, pero de otra manera. Un texto comienza por lo básico, la esencia, lo plano. Luego lo vistes, le pones una bajada, frases fuertes y finalmente vas al titulo. Comienzas con la idea general y llegas a la particular, o varias partes para construir un cuerpo. Y lo revisan, miles de miles de veces. Siempre le encontrarás un defecto: que si la redacción, la ortografía, cacofonía, si se pudiera decir mejor así, que corregir el estilo, que la imparcialidad. Hasta que finalmente lo abandonas, lo aceptas, te resignas y lo abandonas. Como el cuadro que mencioné, como un paciente luego de 15 minutos de intento de resucitación, como a los hijos que dejas ir para hacer su vida, como a los defectos de tus parejas, a tus parejas...los abandonas porque no puedes con ellos, o porque es tiempo de dejarlos ir, o porque los quieres tanto que finalmente lo aceptas como son y les abres la puerta de la "jaula".
Todo, todo en esta vida se abandona, hasta tus otros yo que van mutando de acuerdo a lo que vas andando.
Ocurre lo mismo con un texto, pero de otra manera. Un texto comienza por lo básico, la esencia, lo plano. Luego lo vistes, le pones una bajada, frases fuertes y finalmente vas al titulo. Comienzas con la idea general y llegas a la particular, o varias partes para construir un cuerpo. Y lo revisan, miles de miles de veces. Siempre le encontrarás un defecto: que si la redacción, la ortografía, cacofonía, si se pudiera decir mejor así, que corregir el estilo, que la imparcialidad. Hasta que finalmente lo abandonas, lo aceptas, te resignas y lo abandonas. Como el cuadro que mencioné, como un paciente luego de 15 minutos de intento de resucitación, como a los hijos que dejas ir para hacer su vida, como a los defectos de tus parejas, a tus parejas...los abandonas porque no puedes con ellos, o porque es tiempo de dejarlos ir, o porque los quieres tanto que finalmente lo aceptas como son y les abres la puerta de la "jaula".
Todo, todo en esta vida se abandona, hasta tus otros yo que van mutando de acuerdo a lo que vas andando.
C.
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